Extrañas manchas, líbidos colores
todo tu rostro de tallado por un escultor
toda tu mente dedicada por un pintor
y tu piel de mameluco
de esos fuertes y duraderos
triste de tanto andar
triste de no ganar
tus labios dos pinceles suaves
que acarician y vomitan sobre mi ternura
tus hombros dos médanos pequeños
llenos de soledad
paredes que caminan por tu espalda
tus pies como dos tarros de espeso barniz
y en poco tiempo
todo se descascarará
por suerte
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario